A veces, cuando un sabor se te ha quedado marcado a fuego en la memoria, no puedes, ni quieres evitar recordarlo. Eso es lo que me ha pasado con el helado de cerveza de Carlos Barco, aunque a decir verdad, me pasó eso con cada uno de los platos que probamos en su restaurante.... aquí os dejo el enlace por si queréis echar un ojo, que merece la pena!
Este postre tal cual, es suyo. Delicioso, sugerente y sorprendente, sobre todo sorprendente... porque no todos los días prueba uno un helado tan cremoso, tan rico, tan suave.... y además con ese estupendo y contundente sabor a cerveza!!!
Los canutillos en mi caso son un poco de mentirijilla, pues no son más que pasta brick enrollada sobre un tubo de caña y horneados durante unos 7 minutos hasta que cojan un tono dorado. Quedarán super crujientes y bastante neutros, con lo que podremos rellenarlos de lo que queramos y no alterará su sabor. En este caso, igual que Carlos, con una mousse de chocolate, que me parece una combinación mágica, y para rematar la decoración una tierra de bizcocho de claras y un caramelo con un toque de café.
La elaboración del helado es simple, pero con un resultado fantástico.
Ingredientes
1 litro de leche entera
8 yemas de huevo
150 gr de azúcar blanco
33 cl cerveza de abadía (doble fermentación)
Ponemos la leche a templar con el azúcar. Añadimos las yemas batidas y coladas, y sin parar de remover a fuego bajito cocemos hasta que espese y desaparezca la espuma de la superficie.
Ahora vertemos la cerveza, sin prisa pero sin pausa, y sin dejar de remover. Debería alcanzar unos 85º, si tenéis termómetro estupendo; si como yo no lo tenéis, pues hay un truquito que me confió Carlos y que funciona muy bien.... cuando la crema amenaza con hervir por los bordes, retiramos del fuego y batimos enérgicamente. Dejaremos enfriar y luego la pondremos en la heladera. Yo tengo una muy sencilla y la puse como hora y media más o menos, hasta que cogió consistencia. Luego lo pasé a un tupper y al congelador hasta el momento de su uso.
Un helado cremoso, suave, con un sabor a cerveza tostada maravilloso.
La cerveza que usé ha sido Grimbergen de doble fermentación, que es tostada, pero cualquiera podría servir, la que os guste. Carlos utiliza Paulaner. Y yo en el próximo utilizaré negra, una kasteel seguramente, que me encanta, ya os contaré.
A mi me gusta la combinación dulce con el chocolate, el toque de café y el crujiente de los canutillos, pero en una preparación salada no estaría nada mal.... Carlos en este caso me recomienda probarlo con una terrina de foie, y no dudo que será una combinación genial!! Gracias Maestro!!
Decicioso! Ya empiezo a tener ganas de helados! Gracias por compartir el tuyo!
ResponderEliminarQue delicia ahora mismo, me lo tomaba yo, que tengo un hambre. Me quedo como seguidora, y cotilleando estas cosas ricas por aquí
ResponderEliminarSeguimos pensando parecido. Mi próxima aportación será , si es posible , un helado. Ya tengo publicados helados de Nocilla y de Oreo. Ahora pensando en algo con anacardos que me encantan. Este de cerveza me lo apunto, Aunque no veas que peligro, cerveza y helado, dos de las cosas que más me gustan. Enhorabuena Eva
ResponderEliminarQue bien te han quedado Eva, me encanta la presentación...... yo no los he podido probar, pero los haré en casa ahora que has puesto tu la receta..... ;)
ResponderEliminarGuaaaaaaaa que rico....Otro bs jejjee
ResponderEliminar