Bolitas de yogurt

Hoy, sin más preámbulos, os dejo esta receta de lo más simple y resultona.
A más de uno le aviará un aperitivo!

Ingredientes

2 yogures naturales

orégano, romero, tomillo, pimentón y laurel

sal, pimienta y aceite de oliva virgen

La noche anterior volcamos los dos yogures sobre un colador, y lo colocamos encima de un cazo o un plato que recogerá todo el suero que tienen. Lo guardamos en la nevera durante al menos 12 horas.

A la mañana siguiente encontraremos un cremoso y ligero queso blanco que podemos utilizar tal cual, como cualquier otro queso para untar. Con el líquido que han soltado, aún no se qué podríamos hacer, la verdad... yo lo acabé tirando, así que se admiten sugerencias.

Por cierto, este truqui es de mi querido Monaguillo, que siempre nos da buenísimos consejos para que no nos ataque el aburrimiento en la cocina.

Pero yo os propongo currar un poquito mas, que hasta ahora el trabajo se ha hecho solo... jejeje

En un cuenco, mezclamos bien una cucharadita de pimentón (yo he usado agridulce, que es el que suelo tener, pero a vuestro gusto...) con media de tomillo, media de orégano y media de romero, todo muy molido.

Salpimentamos el queso, removemos un poquito y lo metemos en el congelador un par de horas.

Con la ayuda de 2 cucharillas (o las manos, pero pringa un poco) haremos rápidamente, para que no pierda firmeza, bolitas de queso que rebozaremos en la mezcla. Las vamos colocando en un recipiente, cubrimos con aceite de oliva virgen y añadimos unos trozos de hojas de laurel.

Se conservan unos cuantos días en el frigorífico, bien bañadas en aove.

Yo hice algunas pequeñitas para añadir a las ensaladas y otras un poquito más grandes para untar sobre tostadas,  seguro que a vosotros se os ocurre alguna cosa más. Están buenísimas de cualquier forma!!!