Pastel de seitán y verduras

Cada día me gusta más cocinar y comer verduras frescas, su color, su aroma y sus posibilidades en la cocina me encantan. Tanto, que a veces pienso en que acabaré haciéndome vegetariana.... jajaja  

Antes me daba por pensar, como a tanta gente, que este tipo de alimentación se queda "coja" sin la carne y el pescado, tan saludables y tan ricos. Pero esto no es cierto, en los vegetales y en otros alimentos hay también fuentes de proteínas (tofu, algas, frutos secos, quinoa) y una de ellas es el ingrediente principal del plato que os traigo hoy.

El seitán no es más que el gluten extraído de la harina de trigo (os dejo un enlace, por si queréis hacerlo en casa) y puede ser condimentado y cocinado de igual forma que la carne o el pescado. Así que, he querido comprobar por mi misma cómo se cocina, y qué posibilidades tiene.

Os presento un plato cien por cien vegetariano, y no por ello menos sabroso y protéico.

Pastel de seitán y verduras

Ingredientes

300 gr de Seitán (el mío era de Soria Natural)

3 hojas de pasta filo

1 zanahoria

1/2 cebolla

2 dientes de ajo

1/2 calabacín

1 rodaja grande de calabaza

1/4 pimiento rojo

1 tomate

aceite, sal, pimienta, cominos, canela y sésamo

Troceamos en cubitos pequeños las verduras (menos el tomate) y las rehogamos en aceite de oliva hasta que estén tiernas. Salpimentamos. Yo he utilizado el wok porque me gusta más la textura que deja en las verduras, pero bien puede hacerse en sartén con cuidado de no dejarlas muy pasadas. Retiramos y reservamos.

Cortamos los filetes de seitán en cubitos muy pequeños, como de medio centímetro -también podemos picarlo en una picadora o robot- y lo doramos un poquito en el jugo que han soltado las verduras. Añadimos el tomate pelado y troceado y lo cocinamos todo durante 5 minutos. Ponemos a punto de sal y las especias que nos gusten.

Mezclamos con las verduras y dejamos que enfríe un poco.

Estiramos bien las láminas de pasta filo y las aceitamos con una brocha de cocina. Las ponemos juntas una encima de otra y colocamos en un molde para horno también aceitado.

Rellenamos con la farsa y cerramos el pastel con las esquinas de pasta que nos sobran.

Por adornarlo un poco más, yo corté con los dedos trocitos de otra lámina de pasta filo bien aceitada por ambos lados, y los puse por encima, sin ningún orden, para darle un aire algo rústico.

Un toque de canela, cominos molidos, sésamo y pimienta y lo metemos al horno precalentado a 200º durante 20 minutos, hasta que nos quede dorado.