Un pastel Sefardí

Hoy es un día especial. En unos minutos se casa un amigo que también es especial. Esto no es una tarta de bodas, pero seguro que servirá para celebrarlo de algún modo en la distancia.
En un rato él pronunciará unas palabras, también especiales, mientras coloca un anillo y suena Love of my life en la voz de un compañero. Unas palabras preciosas encontradas en una cajita de bombones y que me parecen maravillosamente indicadas para ese momento mágico.
"Con el alma te lo entrego, por ver si aviva en ti el generoso contento de amar la vida, de disfrutar de las fragancias escondidas, por fuera y por dentro, de mi amor por ti"
En efecto, es un acto de generosidad extraordinaria amar la vida y disfrutarla.
Felicidades, a los dos!

Pastel Sefardí

Ingredientes
300 gr de harina de fuerza
15 g de levadura prensada
120-140 ml de agua
1 huevo
4 cuch de aceite oliva virgen
75 g de azúcar
1/2 cucharadita de sal
Orejones de albaricoque y de melocotón, ciruelas y uvas pasas, manzana seca...
4 cucharadas de azúcar

Pondremos a remojar durante 4 o 5 horas, o incluso toda la noche, las frutas pasas en agua tibia, para que se hidraten.
Cuando vayamos a preparar la masa, escurriremos bien las frutas las picaremos finas y las mezclaremos con las cuatro cucharadas de azúcar. Dejaremos macerando a temperatura ambiente.

La masa yo esta vez por falta de tiempo la he hecho en la panificadora. Cuando Rosa Tovar, de la que aprendí esta receta, la lea, probablemente piense que le he quitado personalidad al pastel. Y seguramente sea así... lo que las manos le transmiten a una masa no puede sustituirlo una máquina, y el placer que produce trabajarla tampoco debería suplirse. Pero las circunstancias muchas veces obligan.

Si utilizáis la panificadora es tan sencillo como poner todos los ingredientes dentro, conectar el programa 7 (masa para pasta) y repetirlo con un intervalo de 15 minutos de reposo. La masa deberá ser lisa, brillante, elástica y muy poco o nada pegajosa. Muy similar a la de un brioche al uso, por poner un ejemplo. Si fuera demasiado pegajosa volveríamos a repetir el proceso de reposo y de amasado. Yo no estoy de acuerdo con la creencia de que una masa demasiado húmeda se arregla añadiendo más harina; mi experiencia me dice que otro buen amasado y otro conveniente reposo hacen verdaderas maravillas.

Quiero también contaros algo a propósito de este pastel Sefardí. No es un brioche, un brioche lleva leche o mantequilla. Los sefardíes (descendientes de los judíos que vivieron en la Península Ibérica hasta 1492) consideraban una herejía mezclar lácteos con carne, incluso en la misma comida. Nunca se tomaba algo que llevara lácteos si en la misma mesa habían servido carne. Es por eso que este pastel no lleva ni leche, ni mantequilla.... pero os puedo asegurar que es tan esponjoso y tierno como cualquier brioche.

Si habéis optado por amasar a mano, el procedimiento es similar al de cualquier otra masa. Haremos un poquito de masa madre con un puñado de harina una cucharadita de azúcar y la levadura disuelta en un poco de agua tibia y dejaremos que doble su volúmen. Luego añadiremos el aceite, la sal, el huevo, el resto del agua y del azúcar,  y el resto de la harina. Amasaremos el tiempo y las veces necesarias para lograr una bonita masa.
Luego dejaremos levar en un lugar templado, tapada con film transparente, hasta que al menos doble su tamaño. Volcaremos a la encimera y desgasificaremos para pasar a formar las bolitas.
Cogeremos porciones de masa del tamaño de un huevo pequeño, o algo menos, la abriremos un poquito y pondremos una cucharada del relleno de frutas picadas. Cerramos, embadurnamos un poquito con aceite y vamos colocando las bolitas un poco separadas en un molde para horno.
Dejamos que vuelvan a doblar el volúmen, se habrán unido unas a otras, pero es lo que debe suceder. Si queremos podemos pintarlas suavemente con huevo batido.
Hornearemos con precalentamiento, durante 25-30 minutos a 190º. Dejar enfriar y a disfrutar!